1. Desde mi punto de vista, me parece algo incoherente, ya que Dios no habita en la tierra y es imposible verle y mucho menos, pasar un fin de semana entero junto a él. Creo que es un buen planteamiento ya que te deja con dudas de como puede ser eso posible y a lo largo de la película lo va explicando y hace que te enganches para así tu poder saber como lo hace.
2. Considero que es una pregunta bastante lógica, ya que no tiene sentido que si Dios existe ocurran todos los males que hay hoy en día. Yo le respondería que todo lo que tú hagas te será correspondido, tanto lo bueno como lo malo, y si no se lo correspondieron podía ser que obtenga esas recompensas en otra vida.
3. Creo que a lo que se refiere Papá-Dios es que no quiere que las personas sigan sus creencias de forma obligada, sino que lo hagan de forma voluntaria, porque piensan de la misma forma que él o simplemente porque les da la gana, pero que no sea por obligación. Creo que si tiene que ver con la predestinación porque si tú estas obligado a creer igual que Papá-Dios estás sometido a una serie de leyes que debes cumplir y por lo tanto no somos libres de tener nuestra propia decisión.
4. Bajo mi punto de vista, a acusa de la rabia y de las emociones, le culpa a él ya que alguien debe de tener la culpa. Yo creo que él no tiene la culpa ya que ella es libre de hacer lo que quiera y Papá-Dios no tiene por qué obligar a nadie a hacer o a dejar de hacer cualquier cosa.
5. Pienso que Dios se representa en forma de mujer ya que Mackenzie subrió abusos de un hombre, su padre y, en el caso de que Dios fuese un hombre, existe la posibilidad de que le rechace y no quiera saber nada de él y como ella siempre ha tenido el amor maternal se sentiría mas agusto con una mujer.
6. Creo que el perdón es algo básico ya que todos debemos perdonar a las personas sin guardarles rencor y por así decirlo "sanar las heridas" con una simple palabra, perdón y así poder continuar con nuestras vidas sin ningún tipo de prblema con nadie.
7. Es una película bastante recomendable porque te hacer recapacitar y pensar mucho.
“La cabaña” es abiertamente una película cristiana. Su centro es la
Santísima Trinidad y su relato no excluye a ninguna religión que la
reconozca. Este es un punto no menor cuando se trata de una temática que
muchas veces aporta división más que comunión. ¿Cómo Dios puede
permitir el mal? Aquello es muy difícil de comprender y el guión intenta
entregarnos una aproximación diferente. Como un llamado a una profunda
revisión interior, la fuerza de la rebeldía ante lo incomprensible, la
facilidad de juzgar el bien o el mal pero en los otros más que en
nosotros mismos, la culpa y todos los valores asociados, entregan al
metraje contenido y propuesta para la reflexión personal.
Blog de Adrián Franco
jueves, 7 de junio de 2018
jueves, 8 de marzo de 2018
Noticia sobre ODS: fin de la pobreza
Aumenta la pobreza en América Latina, revela Comisión Económica para América Latina y Caribe
Después de más de una década de reducción en la mayoría de los
países, los niveles de pobreza y pobreza extrema aumentaron en América
Latina en 2015 y 2016. Eso fue el hallazgo del informe Panorama Social
de América Latina 2017 presentado el miércoles por Alicia Bárcena,
Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el
Caribe (CEPAL), en conferencia de prensa en las oficinas del organismo en la Ciudad de México.
lunes, 5 de marzo de 2018
Personaje famoso que haya trabajado de algún modo por el fin de la pobreza.
Shakira
Además
de su Fundación Pies Descalzos, Shakira es embajadora de buena voluntad
para la UNICEF y junto a la fundación ALAS, donó más de 40 millones de
dólares para las tragedias recientes en Perú y Nicaragua. Ha donado 10
mil zapatos para niños pobres en su natal Barranquilla.
UNICEF
A quienes más afecta la pobreza es a los niños y niñas. Aunque la
privación grave de bienes y servicios perjudica a todos los seres
humanos, resulta más amenazante para los derechos de la infancia: a la
supervivencia, la salud y la nutrición, la educación, la participación y
la protección contra el peligro y la explotación. Establece un entorno
que perjudica el desarrollo infantil de muchas maneras: mental, física,
emocional y espiritual.
Más de 1000 millones de niños y niñas sufren una grave carencia de por lo menos uno de los bienes y servicios necesarios para sobrevivir, crecer y desarrollarse. En algunas regiones del mundo la situación es peor que en otras, pero incluso dentro de un mismo país puede haber amplias disparidades: entre la población infantil de las ciudades y los medios rurales, por ejemplo, o entre los niños y las niñas. Un influjo turístico en una zona puede mejorar las estadísticas generales sobre la pobreza de un país, mientras la mayoría sigue siendo pobre y desprotegida.
Cada una de las privaciones incide en el efecto que tienen las otras. Por ello, cuando coinciden dos o más, las repercusiones para los niños y niñas pueden ser catastróficas. Por ejemplo, las mujeres que deben caminar largas distancias a fin de conseguir el agua necesaria para el hogar no suelen poder prestar asistencia plena a sus hijos, lo que podría afectar su salud y su desarrollo. Y los propios niños y niñas que deben caminar largas distancias para obtener agua tienen menos tiempo para acudir a la escuela, un problema que afecta especialmente a las niñas. Los niños y niñas que no están inmunizados o que se encuentran desnutridos son mucho más susceptibles de contraer enfermedades que se propagan a través de las malas condiciones de saneamiento. La pobreza agrava los efectos del VIH/SIDA y de los conflictos armados, recrudece las disparidades sociales, económicas y entre los géneros y socava los entornos protectores de las familias.
La pobreza contribuye a la desnutrición, que a su vez es un factor importante en más de la mitad de las muertes de menores de cinco años en los países en desarrollo. Alrededor de 300 millones de niños y niñas se van hambrientos a la cama de todos los días. De esta cifra, solamente un 8% son víctimas del hambre o de otras situaciones de emergencia. Más de un 90% sufren desnutrición a largo plazo y carencia de micronutrientes.
UNICEF responde mediante:
Fomento de las capacidades nacionales para brindar atención primaria de la salud. Alrededor de 270 millones de niños y niñas, algo más del 14% de toda la población infantil en los países en desarrollo, carecen de acceso a los servicios de atención de la salud. Pero mejorar la salud de la infancia es solamente una de las muchas responsabilidades que existen en la lucha contra la pobreza. Un niño sano se convierte en un adulto sano: personas que mejoran sus propias vidas, sus comunidades y sus países. Todas las labores en esta esfera contribuyen también a avanzar el Objetivo 4, mejorar las tasas de supervivencia infantil.
Ayudar a los niños y niñas del mundo a sobrevivir y prosperar es una de las actividades básicas de UNICEF, y la inmunización es muy importante para ello. UNICEF, que es uno de los principales compradores de vacunas del mundo, adquiere y ayuda a distribuir vacunas a más de un 40% de los niños y niñas en los países en desarrollo. Los programas de inmunización incluyen asimismo otras iniciativas eficaces con respecto a los costos en materia de salud, como la administración de suplementos de micronutrientes para luchar contra la desnutrición y los mosquiteros tratados con insecticidas para combatir el paludismo.
Junto a los gobiernos y las organizaciones no gubernamentales a nivel nacional y de la comunidad, UNICEF trabaja para fortalecer los sistemas locales de salud y mejorar el cuidado del niño en el hogar, algo que incluye la rehidratación oral para salvar las vidas de los recién nacidos con graves casos de diarrea, y promover y proteger el amamantamiento.
Escolarizar a las niñas. Alrededor de un 13% de los niños y niñas de 7 a 18 años en los países en desarrollo no han acudido nunca a una escuela. Esta tasa es de un 32% entre las niñas de África subsahariana (27% para los niños) y de un 33% entre los niños y niñas que viven en las zonas rurales de Oriente Medio y África del Norte. Sin embargo, la educación es tal vez la barrera más firme contra la pobreza, especialmente para las niñas. Las niñas que han recibido una educación tienen más posibilidades de casarse más tarde y tener hijos más sanos. Son más productivas en el hogar y reciben mejores salarios en el lugar de trabajo, son más capaces de protegerse contra el VIH/SIDA y de participar en la toma de decisiones a todos los niveles. Además, esta actividad de UNICEF permite avanzar los Objetivos 2 y 3: la educación primaria universal y la igualdad entre los géneros.
A este fin, UNICEF trabaja en 158 países, y exhorta a los organismos encargados del desarrollo, los gobiernos, los donantes y las comunidades a incrementar sus esfuerzos en pro de la educación de todos los niños y niñas, y posteriormente se encarga de coordinar estos esfuerzos. Los programas difieren de un país a otro según las necesidades y las culturas, pero pueden incluir asistencia en la financiación, logística, tecnología de la información, agua y saneamiento en la escuela, y programas de estudios favorables para la infancia y sensibles a la diferencia de género.
https://www.unicef.es/
Más de 1000 millones de niños y niñas sufren una grave carencia de por lo menos uno de los bienes y servicios necesarios para sobrevivir, crecer y desarrollarse. En algunas regiones del mundo la situación es peor que en otras, pero incluso dentro de un mismo país puede haber amplias disparidades: entre la población infantil de las ciudades y los medios rurales, por ejemplo, o entre los niños y las niñas. Un influjo turístico en una zona puede mejorar las estadísticas generales sobre la pobreza de un país, mientras la mayoría sigue siendo pobre y desprotegida.
Cada una de las privaciones incide en el efecto que tienen las otras. Por ello, cuando coinciden dos o más, las repercusiones para los niños y niñas pueden ser catastróficas. Por ejemplo, las mujeres que deben caminar largas distancias a fin de conseguir el agua necesaria para el hogar no suelen poder prestar asistencia plena a sus hijos, lo que podría afectar su salud y su desarrollo. Y los propios niños y niñas que deben caminar largas distancias para obtener agua tienen menos tiempo para acudir a la escuela, un problema que afecta especialmente a las niñas. Los niños y niñas que no están inmunizados o que se encuentran desnutridos son mucho más susceptibles de contraer enfermedades que se propagan a través de las malas condiciones de saneamiento. La pobreza agrava los efectos del VIH/SIDA y de los conflictos armados, recrudece las disparidades sociales, económicas y entre los géneros y socava los entornos protectores de las familias.
La pobreza contribuye a la desnutrición, que a su vez es un factor importante en más de la mitad de las muertes de menores de cinco años en los países en desarrollo. Alrededor de 300 millones de niños y niñas se van hambrientos a la cama de todos los días. De esta cifra, solamente un 8% son víctimas del hambre o de otras situaciones de emergencia. Más de un 90% sufren desnutrición a largo plazo y carencia de micronutrientes.
UNICEF responde mediante:
Fomento de las capacidades nacionales para brindar atención primaria de la salud. Alrededor de 270 millones de niños y niñas, algo más del 14% de toda la población infantil en los países en desarrollo, carecen de acceso a los servicios de atención de la salud. Pero mejorar la salud de la infancia es solamente una de las muchas responsabilidades que existen en la lucha contra la pobreza. Un niño sano se convierte en un adulto sano: personas que mejoran sus propias vidas, sus comunidades y sus países. Todas las labores en esta esfera contribuyen también a avanzar el Objetivo 4, mejorar las tasas de supervivencia infantil.
Ayudar a los niños y niñas del mundo a sobrevivir y prosperar es una de las actividades básicas de UNICEF, y la inmunización es muy importante para ello. UNICEF, que es uno de los principales compradores de vacunas del mundo, adquiere y ayuda a distribuir vacunas a más de un 40% de los niños y niñas en los países en desarrollo. Los programas de inmunización incluyen asimismo otras iniciativas eficaces con respecto a los costos en materia de salud, como la administración de suplementos de micronutrientes para luchar contra la desnutrición y los mosquiteros tratados con insecticidas para combatir el paludismo.
Junto a los gobiernos y las organizaciones no gubernamentales a nivel nacional y de la comunidad, UNICEF trabaja para fortalecer los sistemas locales de salud y mejorar el cuidado del niño en el hogar, algo que incluye la rehidratación oral para salvar las vidas de los recién nacidos con graves casos de diarrea, y promover y proteger el amamantamiento.
Escolarizar a las niñas. Alrededor de un 13% de los niños y niñas de 7 a 18 años en los países en desarrollo no han acudido nunca a una escuela. Esta tasa es de un 32% entre las niñas de África subsahariana (27% para los niños) y de un 33% entre los niños y niñas que viven en las zonas rurales de Oriente Medio y África del Norte. Sin embargo, la educación es tal vez la barrera más firme contra la pobreza, especialmente para las niñas. Las niñas que han recibido una educación tienen más posibilidades de casarse más tarde y tener hijos más sanos. Son más productivas en el hogar y reciben mejores salarios en el lugar de trabajo, son más capaces de protegerse contra el VIH/SIDA y de participar en la toma de decisiones a todos los niveles. Además, esta actividad de UNICEF permite avanzar los Objetivos 2 y 3: la educación primaria universal y la igualdad entre los géneros.
A este fin, UNICEF trabaja en 158 países, y exhorta a los organismos encargados del desarrollo, los gobiernos, los donantes y las comunidades a incrementar sus esfuerzos en pro de la educación de todos los niños y niñas, y posteriormente se encarga de coordinar estos esfuerzos. Los programas difieren de un país a otro según las necesidades y las culturas, pero pueden incluir asistencia en la financiación, logística, tecnología de la información, agua y saneamiento en la escuela, y programas de estudios favorables para la infancia y sensibles a la diferencia de género.
https://www.unicef.es/
domingo, 4 de marzo de 2018
domingo, 21 de enero de 2018
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